Las políticas de primera infancia incluyen un amplio abanico de intervenciones orientadas a los niños y los adultos a cargo de su cuidado directo. Licencias, transferencias
e instituciones constituyen una cadena de prestaciones claves en los primeros años de
vida. Entre ellas, los espacios de crianza, enseñanza y cuidado (CEC) cumplen un rol
fundamental. La oferta CEC —jardines maternales, de infantes y centros de desarrollo
infantil, entre otros espacios— abarca un amplio mosaico de instituciones que tiende a
ser fragmentada y heterogénea.
Este trabajo analiza el sentido del currículum para la primera infancia en América del
Sur. Se ofrece una mirada panorámica de la región a través de los casos de Argentina,
Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay. Originalmente un
instrumento de política del sistema educativo, la hipótesis de este trabajo es que las
bases curriculares pueden constituirse en una excelente herramienta para consensuar
pisos mínimos y criterios comunes de calidad para todas las instituciones que trabajan
con niños pequeños.
La investigación permite vislumbrar la irrupción del currículum como un instrumento
de política con potencial de impulsar y/o apoyar una mayor cohesión de la oferta CEC
en América del Sur. A excepción de Argentina y Paraguay, los países estudiados han
elaborado nuevas bases curriculares para la primera infancia en los últimos seis años.
La mayor parte de estos documentos se orientan a toda la franja etaria, desde los primeros días de vida hasta el ingreso de los niños a la escuela primaria. A su vez, existe
una tendencia a elaborar bases curriculares que contemplan a toda la oferta CEC, incluso a aquellos espacios que no pertenecen al sistema educativo. De este modo, el
currículum contribuye a superar la tradicional escisión entre “educación” y “cuidado”.
Este trabajo muestra que las bases curriculares pueden contribuir al diseño y la concreción de políticas integrales para la primera infancia. Estos instrumentos permiten
crear acuerdos que amalgamen a todas las instituciones CEC en torno a aspectos centrales como: sentidos, focos y principios del trabajo con la primera infancia;
infraestructura y mobiliario; higiene y nutrición; ratios y vínculos entre adultos y niños; perfiles de los profesionales; vínculos y acompañamiento a las familias y a las
comunidades; lenguaje, juego y corporalidad; supervisión y regulación. Al mismo
tiempo, la construcción de las bases curriculares se constituye en una oportunidad
única habilitar procesos de construcción colectivos que incluyan y pongan en diálogo
a todos los actores a cargo del trabajo con la primera infancia en espacios CEC. Estos
procesos permiten, en sí mismos, contribuir a la amalgama entre crianza, enseñanza y
cuidado, claves para una verdadera integralidad.